martes, 8 de julio de 2008

Lo mejor esta por venir.

Despues de mucho tiempo sin escribir nada en mi blog hoy le dejo este cuento a quien se de el tiempo de leerlo, para rescatar mi blog y dar señales de vida a mi amigo de España, saludos.

Largamente entrada en los ochenta, Martina mandó a llamar a su amigo y confesor, el padre Ramiro. El sacerdote amaba a esa tierna anciana que tanto le había ayudado en la parroquia cuando él había llegado al pueblo veinte años antes. Desde la puerta la vio distinta, menos movediza, más circunspecta y ofreciéndole una silla frente a ella.El asunto debe ser grave si quiere que me siente para escucharla, pensó.

- ¿ Le pasa algo, Martina?- se animó a preguntar.

- Nada importante, padre- dijo la tía-.Estuve con el Dr. Gutter y me ha dicho que algo parece haberse complicado gravemente en mi corazón y él no recomienda una operación, dada mi edad… Me quedan cuando mucho seis meses de vida, quizás menos…

- ¿ No podríamos hacer alguna consulta más?- agregó Ramiro-. Quizás en la Capital…

- No, padre. Yo sé que su diagnóstico es certero, ya venía mi cuerpo avisándome.

- Rezaremos juntos. Quizás, con la ayuda de Dios, sea sólo un susto- dijo el curita, tomando sus manos.

- Gracias padre, pero no lo llamé para evitar esta contingencia sino para prepararla. Quiero pedirle algunas cosas para mi funeral. ¿ Las hará por mí?

- Cuando llegue la hora, si yo estoy allí, puede usted contar con lo que desea. ¿ De qué se trata?.

- Quisiera pedirle que se encargue de que haya una pequeña ceremonia sin demasiadas palabras, un poco de jugo de frutas y café. Quizás alguien podría cantar el Ave María de Gounod, no el de Shubert; y quisiera que usted ponga en mis manos dos cosas, antes de que cierren mi féretro…

- De acuerdo, Martina. Cuénteme cuáles son esas dos cosas y luego deje de pensar en su despedida y concéntrese en el tiempo que le queda por vivir.

- En la derecha- siguió Martina- quisiera tener la Biblia que me regaló mi madre… En la izquierda quisiera tener esto…- y dándose vuelta sacó, de un cajoncillo, lo que parecía un simple tenedor de un antiguo juego de cubiertos de mesa.

- Perdón, Martina- preguntó sorprendido el cura- ¿ un tenedor?

- Sí. Es del juego de mesa de mi casa de la infancia. Lo guardo desde entonces pensando en este momento.

- Así se hará. Pero, ¿ podría contarme algo más sobre este deseo?. Alguien podría preguntar la razón…

- Espero que pregunten y si no lo hacen espero que usted les cuente esta historia- dijo Martina-.

Le contaré: Cuando yo era niña, en mi casa no había demasiado dinero para cocinar grandes cenas, sin embargo en algunas ocasiones especiales, navidades, cumpleaños o bodas, aunque no en todas, mi madre y sus hermanas cocinaban manjares, sin medir los gastos. En algunos de ellos al retirar los platos de la comida principal mi madre o mi tía nos decían al levantar los trastos sucios: “Quédense con sus tenedores, niños... Y esto tenía un solo y maravilloso significado, tendríamos un postre especial. No sería una gelatina, ni flan, ni algún simple helado (no se necesitaba tenedor para comer esos postres), sino un plato especial: la exquisita torta de chocolate de Tía Emma o quizás la maravillosa tarta de manzanas y frambuesas de mi madre.

Cuando nos avisaban que debíamos conservar nuestro tenedor sabíamos que lo mejor estaba por venir. Y eso es exactamente lo que quiero que usted les haga saber a todos los que estén allí, padre, recordando los buenos momentos que compartieron con ésta anciana, como se suele hacer. Alguno preguntará por qué hay un tenedor en mi mano, y usted les contará mi historia para que todos se enteren de que quería estar preparada, que yo sabía que lo mejor… el postre de este exquisito banquete que fue mi vida, está por venir.

J. Bucay

5 comentarios:

Navi dijo...

Este cuento lo encontre en internet, creo que esta en el libro "El camino de las lagrimas" de Jorge Bucay, salu2.

Lagartija dijo...

mi querido ivan k grato es volver a leer algo nuevo aqui, es verdad ya tenias muy abandonado el blog, pero este cuento es magnifico, como siempre tenia k ser de tu querido Bucay, buenisimo la verdad me encanto, me dejo un buen sabor de boca, y me quedo con esa frase de "lo mejor esta por venir"...

un beso
espero que estes muy bien

ciao

Lagartija dijo...

mi querido ivan k grato es volver a leer algo nuevo aqui, es verdad ya tenias muy abandonado el blog, pero este cuento es magnifico, como siempre tenia k ser de tu querido Bucay, buenisimo la verdad me encanto, me dejo un buen sabor de boca, y me quedo con esa frase de "lo mejor esta por venir"...

un beso
espero que estes muy bien

ciao

Pedro Estudillo dijo...

Me alegra mucho volver a saber de ti. Y no podías haber elegido mejor forma. Me gustó el relato y el mensaje que de él se desprende. Bucay nunca decepciona.
Un fuerte abrazo y que tengas buen verano.

Pedro Estudillo dijo...

Por supuesto que me acuerdo de ti. Como habrás comprobado, después de tener que rehacer todo mi blog y volver a poner todos los enlaces, no he olvidado el tuyo.
Una de mis pocas virtudes es la paciencia, así que aquí seguiré esperando a que te animes o a que tengas más tiempo.
Un abrazo, amigo, y espero que todo te vaya según tus deseos.